Entrevista a Ana María Rojas, secretaria de Alimentos

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Nacida en Santiago Centro, estudió en distintos colegios durante su enseñanza básica y media, en tanto que en materia profesional estudió Secretariado en el AIEP, tras lo cual trabajaría un par de años en el área privada.

Casada con dos hijos y cuatro nietos, comenta que luego del nacimiento de sus hijos decidió quedarse en casa para cuidarlos, hasta que éstos cumplieron cerca de 13 años, momento en el que decide volver a trabajar ingresando a la Universidad de Santiago.

Lazos con la Facultad Tecnológica

En el año 1992 ingresa a la antigua Escuela Tecnológica, al Departamento de Tecnologías Industriales en el área de capacitación a empresas, con el académico Pablo Trigo J.

“En el Departamento de Tecnologías Industriales estuve cerca de 15 años. Trabajé en Dirección con don Héctor Barrera Z., también como secretaria de Automatización con don Iván Pezoa R., luego Planeación Docente con don Jaime Espinoza O”, menciona.

Transcurridos estos años decide hacer un cambio y postula a un concurso para secretaria de la Dirección General de Comunicaciones de la Universidad. Sin embargo, no terminó por sentirse cómoda en ese puesto y decide volver finalmente a la Facultad Tecnológica, gracias a un concurso que se abrió en el Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, hace 10 años.

Si bien desde finales de 2015 es secretaria de Dirección del Departamento, primero llegó como secretaria a cargo de la Carrera Tecnología en Alimentos, respecto a lo cual declara que trabajar con estudiantes es una función que le gusta mucho, pero así también la labor en Dirección.

En cuanto a cómo percibe su estancia en la Facultad Tecnológica tras casi 25 años de trabajo, cuenta que la Universidad y la Facultad le han brindado diversas oportunidades que le han ayudado a desarrollarse en distintos ámbitos.

“La Facultad me ha hecho crecer como persona, porque si bien yo había estudiado secretariado, hacía muchos años que no trabajaba. Yo llegué acá y había un solo computador que lo ocupaba la secretaria de dirección, los demás usábamos máquina de escribir. De a poco comenzó el giro tecnológico y las capacitaciones nos ayudaron mucho (Word, Excel, Diplomados), que de todas formas fueron muy importantes”, señala.

Asimismo, destaca las buenas relaciones laborales que coexisten en la Unidad, incluso a nivel personal, y el carácter familiar que con los años van adquiriendo los espacios y personas que integran la Facultad Tecnológica.

“Tengo amigas, muy buenos compañeros y aquí he sido muy bien recibida. Me siento cómoda, querida por mi Facultad”, finaliza.

Por Estefanía Ibaceta González